75 año de La Tragedia de Rio Verde 1948
El domingo 11 de enero de 1948, un bimotor Douglas de Cubana de Aviación, que volaba de Barahona a Santiago, la segunda ciudad del país, chocó contra las montañas de Río Verde, Yamasá, muriendo sus ocupantes, incluyendo los 32 miembros del equipo Santiago, que participaba en el Torneo Nacional de Beisbol Amateur 1947 – 1948, entre las diferentes regiones del país.
Recordando. En el mes de diciembre de 1947, se puso en marcha el Campeonato Nacional, diríamos, de Béisbol semi profesional, con la participación de seis conjuntos representativos de diferentes regiones de la República: “Guerra y Marina”, “Papagayo”, “Estrellas de Oriente”, “Estrellas del Sur”, “Escogido Mocano” y “Santiago”. Para la fecha del domingo 11, el día de la tragedia, se anunciaron tres encuentros en la continuación del torneo mencionado, el equipo “Santiago” jugaría contra las “Estrellas del Sur” en Barahona; el “Escogido Mocano” se enfrentaría al team “Papagayo” en La Romana y las “Estrellas de Oriente” se trasladaban a la capital para competir con el “Guerra y Marina”.
De acuerdo a la versión del capitán piloto retirado FAD, Ricardo Antonio Bodden López, el sábado 10 de enero de 1948, la Oficina de Operaciones Aéreas de la Compañía Dominicana de Aviación en el Aeropuerto “General Andrews”, mostraba en la pizarra correspondiente a la lista de vuelos, un aviso señalando que la caseta de comunicaciones del Aeropuerto de Santiago estaba fuera de servicio, debido a que el día anterior, el segundo teniente piloto Reyes Kunhard (Llío), había hecho un vuelo rasante en un avión AT-6 y con la punta del ala, chocó y destruyó la antena.
Santiago no tenía comunicación aérea.
En la lista de vuelos domésticos en la capital, estaba anotado que dos aviones DC-3, viajarían a Barahona, donde las tripulaciones pernoctarían.
Esos dos aviones recogerían uno en Santiago, al equipo de pelota (los jugadores) y el otro a los directivos, periodistas y fanáticos.
La tripulación de ambos aviones estaba compuesta de la siguiente manera: Comandante 1er. Tnte. piloto Felipe Cartagena Portalatín, Copiloto 1er. Tnte. piloto Ramón Peralta, Comandante 1er. Tnte. piloto Ramón Hernando Ramírez, Copiloto 2do. Tnte. piloto Ismael E. Román Carbuccia.
El copiloto Román Carbuccia salió del campamento por un momento en la cercanía del aeropuerto, y cuando dieron la orden de despegue, al no encontrarse a Román, ordenaron al 2do. Tnte. piloto José del Carmen Ramírez Duval que lo sustituyera y se fuera hacia Barahona, donde dormirían.
En la tarde del 11 de enero, después de finalizar el segundo juego de pelota, los dos aviones despegaron, con intervalo de 15 minutos. Ya en el aire los aeroplanos, los tripulantes comenzaron a sentir el mal tiempo que imperaba en la ruta. Cada vez que trataban de comunicarse por radio con el campo de aviación de Santiago, no lo podían hacer, su torre de radio estaba destruida y no podían conocer cuáles eran las condiciones de visibilidad y lluvia en la cercanía del campo.
El Tnte. Cartagena Portalatín, mocano de origen, decidió aterrizar en la entonces Ciudad Trujillo, mientras que Hernando Ramírez determinó viajar hacia Santiago, lo cual no pudo realizar por el mal tiempo, y entonces marchó hacia la capital, en cuyo camino se estrelló en las montañas de Río Verde, muriendo todos los ocupantes, 18 peloteros, piloto, copiloto y 12 pasajeros, dando un total de 32 seres humanos.
En la lista de vuelos domésticos en la capital, estaba anotado que dos aviones DC-3, viajarían a Barahona, donde las tripulaciones pernoctarían.
Esos dos aviones recogerían uno en Santiago, al equipo de pelota (los jugadores) y el otro a los directivos, periodistas y fanáticos.
La tripulación de ambos aviones estaba compuesta de la siguiente manera: Comandante 1er. Tnte. piloto Felipe Cartagena Portalatín, Copiloto 1er. Tnte. piloto Ramón Peralta, Comandante 1er. Tnte. piloto Ramón Hernando Ramírez, Copiloto 2do. Tnte. piloto Ismael E. Román Carbuccia.
El copiloto Román Carbuccia salió del campamento por un momento en la cercanía del aeropuerto, y cuando dieron la orden de despegue, al no encontrarse a Román, ordenaron al 2do. Tnte. piloto José del Carmen Ramírez Duval que lo sustituyera y se fuera hacia Barahona, donde dormirían.
En la tarde del 11 de enero, después de finalizar el segundo juego de pelota, los dos aviones despegaron, con intervalo de 15 minutos. Ya en el aire los aeroplanos, los tripulantes comenzaron a sentir el mal tiempo que imperaba en la ruta. Cada vez que trataban de comunicarse por radio con el campo de aviación de Santiago, no lo podían hacer, su torre de radio estaba destruida y no podían conocer cuáles eran las condiciones de visibilidad y lluvia en la cercanía del campo.
El Tnte. Cartagena Portalatín, mocano de origen, decidió aterrizar en la entonces Ciudad Trujillo, mientras que Hernando Ramírez determinó viajar hacia Santiago, lo cual no pudo realizar por el mal tiempo, y entonces marchó hacia la capital, en cuyo camino se estrelló en las montañas de Río Verde, muriendo todos los ocupantes, 18 peloteros, piloto, copiloto y 12 pasajeros, dando un total de 32 seres humanos.
al equipo de Santiago, que competía en el torneo nacional de béisbol, perecieron los beisbolistas Aquiles Martínez, Loro Escalante, Bombo Ramos, Chino Álvarez, Pedro Báez (Grillo A), Bebecito del Villar, Toñito Martínez, Alberto -Mimo- Estrella, Manuel (Sancho) Tatis, Papiro Raposo, Víctor Saint Clair (Papito Lucas), Antonio Dévora, Boquita Jiménez, Fernando Valerio, Yeyo Hernández, Pepillo Aybar, Maximiliano Rivera (Puchulán) y Miguel (Tatis) Rodríguez, que formaban el formidable equipo Santiago, uno de los favorito para ganar el torneo de 1948 y muchos de ellos eran parte de la Selección Dominicana de Béisbol en ese entonces.
La novena Santiago, que ocupaba el primer lugar de dicho torneo, estaba conformada por lo que muchos consideraban los mejores jugadores amateurs de la época, entre ellos Toñito y Aquiles Martínez, hermanos del gran paracorto Horacio Martínez, Pedro A. Báez, «Grillo A», dirigente del club, los lanzadores Juan Ramón «Bombo» Ramos , Ventura «Loro» Escalante, Francisco Del Villar, y el receptor Enrique « El Mariscal » Lantigua.
Pequeño historial
Toñito Martínez, popular receptor en los medios beisboleros de Santiago donde le apodaban «El tanquecito de 50 toneladas del Cibao», « La Información, 11-17-1941».
Aquiles Martínez, uno de los grandes intermedistas que ha producido el país, ganó Guante de Oro en las Series Mundiales de Baseball Amateur en La Habana, Cuba, en 1941, 1942, 1943; y en 1944, en Caracas, Venezuela. También brilló en los torneos de Santiago; y en la capital con los Cerveceros del Presidente, en la década de los 40.
Báez, el mayor de la trilogía del mismo apellido, representó al país en diferentes eventos internacionales.
Ramos: Actuó en las Series Mundiales de Beisbol Amateurs de 1941, 1943, y 1944. Fue ídolo del futuro miembro del Salón de la Fama, Juan Marichal. «Yo era paracorto, pero un día, cuando tenia 15 años, mi cuñado Próspero me llevó a un juego en que tiraba Ramos. Viendo la forma como se desempeñaba en el montículo, decidí convertirme en lanzador como él». Juan Marichal, « Revista Time, junio 10-1966 ».
N. del R. : MarichaL, «The Dominican Dandy», nació el 20 de Octubre de 1937, por ende, tenía 10 años de edad cuando la tragedia.
El «Loro» Escalante: Eterno participante en las Series Mundiales de Beisbol Amateurs, actuó en Puerto Rico con los Indios de Mayagüez, los Leones de Ponce y otros equipos, en 1940, 1941, y 1942. Recomendado a los Indios de Mayagüez por Lantigua, Escalante debutó con los Indios el tres de noviembre de 1940, pero luego fue canjeado a los Leones de Ponce. Compiló record de 3 – 8. Su mejor día con los Indios fue el 10 de noviembre, cuando en Mayagüez, venció al Ponce 12 – 2, bateando de 5 – 4. En el segundo partido del día actuó como inicialista y quinto bate.
«Tiene material de Grandes Ligas», declaró José «Pepe» Seda, escucha boricua de los Dodgers de Brooklyn al periódico La Nación. Seda vino a observar las actuaciones de Escalante y el también lanzador Luis Castro «Niño el Zurdo».
Escalante era a su vez, un peligroso bateador. Actuando con los Cerveceros del Presidente, disparó el primer cuadrangular en el Molinuevo Park de Villa Duarte, dándole la victoria a su equipo, 5-4, contra la Selección Nacional, el 8 – 29 – 1943.
Del Villar « Bebecito ». Rápido lanzador zurdo y buen bateador. En el torneo semi-pro de Santiago en 1941, entre los clubes Santiago, Veteranos, Ejército Nacional y Colmado Felicidad, compiló .382, detrás del líder Roque Holguín. Del Villar fue además el lanzador estelar de su equipo, los Veteranos, dirigidos por Luís Tomás Saillant.
Lantigua, quien sobrevivió la tragedia por haber viajado por la vía terrestre a la capital, donde residía, participó en 1935 con los New York Cubans en la Division Este de las Grandes Ligas de Color. Fue miembro de los campeones Dragones de Ciudad Trujillo, del gran campeonato profesional de 1937, bateando .263. El Ciudad Trujillo fue dirigido por nuestro Luis Ernesto «Burrulote» Rodríguez, «El Gran Cachicamo», La Opinión, 7-7-1937.
Ese fatídico día, Santiago dividió una doble cartelera con las Estrellas del Sur en Barahona. El objetivo principal del torneo, era escoger la Selección Nacional para enfrentar los Dodgers de Brooklyn y los Reales de Montreal en los partidos de entrenamientos de primavera.
Tratando de paliar la penosa situación por la que atravesaba el pueblo dominicano, el entonces presidente Rafael L. Trujillo, invitó a los Dodgers y a los Reales, su sucursal triple A de la Liga Internacional.
Unas de las razones por la cual la dirigencia de los Dodgers aceptó la invitación, fue la presencia en el equipo, de Jackie Robinson, primer jugador de la raza de color en participar en las Grandes Ligas en el siglo 20. Brooklyn entrenaba en el estado sureño de la Florida, pero había amenaza de huelga en los juegos en que participara Robinson. Trujillo dio garantía de que eso no sucedería aquí. Y así fue.
Según The New York Times del primero de marzo de 1948, los Dodgers arribaron a Ciudad Trujillo, la capital dominicana, después de siete horas de vuelo desde el aeropuerto La Guardia, el 29 de febrero, donde fueron recibidos por Modesto Díaz, presidente del Ayuntamiento, « Síndico », quien entregó la llave de la ciudad a Leo Durocher, dirigente del equipo. De acuerdo al periódico newyorkino, la llave era de oro sólido.
Gil Hodges, Roy Campanella, Duke Snider, Ralph Branca, Pee Wee Reese, Carl Furillo y Don Newcombe, fueron algunos de los jugadores que llegaron al país.
Los Dodgers entrenaron en el entonces moderno estadio de la escuela Normal Presidente Trujillo, hoy Liceo Secundario Juan Pablo Duarte y los Reales en la ciudad de San Cristóbal, unos 35 kilómetros al sur de la capital.
Otro momento de solaz espiritual fue el hecho de que Dominicana conquistó la X Serie Mundial de Beisbol en Managua, Nicaragua, en noviembre del citado año.
Uno de los jugadores del equipo campeón, Luis María “El Gallego” Muñoz, fue miembro del equipo santiagués, pero canjeado al club mocano por el joven jardinero Juan Bautista « El Chino » Ålvarez , salvándose de la tragedia.
53 años después, en noviembre del 2001, Muñoz murió en el peor accidente aéreo de New York, en vuelo hacia Republica Dominicana.
Otros componentes del equipo:
Lanzadores: José Dolores «Pepillo» Aybar, Antonio Dévora, Alberto Tomás «Mimo» Estrella, José «Boquita» Jiménez, y Maximiliano «Puchulán» Rivera.
Jugadores del cuadro: Rafael «Papiro» Raposo, Manuel «Sancho» Tatis y Miguel A. «Tatis» Rodríguez.
Jardineros: Víctor « Papito Lucas » St. Clair, Fernando «Nano» Valerio Y Leonte «Yeyo» Hernández . Durante la época, muchos jugadores solían defender diferentes posiciones.
A más de 60 años de la tragedia, los jerarcas del beisbol dominicano, incluyendo los de Santiago, finalmente decidieron dedicar un torneo profesional a la memoria de los valientes jugadores caídos en Río Verde. Pero como dice el refrán: Es mejor tarde que nunca.
No nos explicamos qué esperan las autoridades competentes para declarar el 11 de enero duelo deportivo, sobre todo, en la gran Ciudad del Yaque.
Todas las peripecias y conjeturas de la tragedia, con nuestras conclusiones, la haremos saber al publicar el libro que estamos preparando, en cuyo contenido habrá algunas sorpresas, informaciones que no habíamos tenido a mano. La realidad de la Tragedia de Río Verde es que fue muy lamentable, donde se perdió parte de los grandes peloteros dominicanos de aquella época.
¿ESTA PROHIBIDO OLVIDAR ESTO ?
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