El primer grito de angustia lo manifestó un envejecerte, no vidente, el cual camina con bastón, quien recordó todo el tiempo que lleva viviendo en su casa, lamentando que ahora le dicen que la misma será destruida.

Tanto él como otros habitantes del lugar, precisaron que esos terrenos les fueron donados en uno de los gobiernos del doctor Joaquín Balaguer.

Sin embargo, informaron que un señor ya fallecido, el cual había alegado que era el propietario del mismo, hizo una hipoteca de manera fraudulenta.

Aseguran que defenderán sus derechos como propietarios y que no permitirán atropellos ni injusticia.

Manifestaron que para no quedar a la intemperie, necesitan la intervención del presidente Luis Abinader.