Anacaona, cuyo nombre taíno significa "Flor de Oro", nació en la Isla Bohío. Era hermana del cacique Bohechío y esposa del cacique Caonabo, con quien tuvo a su hija Higüemota. Destacó por su belleza, inteligencia y habilidades poéticas, recitando poesías en los areítos, reuniones ceremoniales de los taínos.
Tras la muerte de su hermano Bohechío, Anacaona asumió el liderazgo del Cacicazgo de Jaragua. Al principio, mostró curiosidad y admiración por los españoles que llegaron con Cristóbal Colón en 1492. Sin embargo, los abusos cometidos por algunos colonos en el Fuerte Navidad la hicieron cambiar de opinión y convenció a Caonabo de tomar medidas contra ellos.
Cuando Colón regresó en 1493, encontró el fuerte destruido y a sus 43 habitantes asesinados. Después de la muerte de Caonabo, Anacaona se refugió en los territorios de su hermano Behechio para consolidar su poder.
En el año 1503, tras la muerte de Behechio, Anacaona gobernaba Jaragua. Sin embargo, su relación con los españoles se deterioró debido a los abusos y la opresión que su pueblo sufría. La trágica muerte de su hija Higüemota en manos de los colonos contribuyó a su profundo resentimiento hacia los invasores.
En 1504, Nicolás de Ovando la capturó y sometió a un proceso basado en testimonios obtenidos bajo tortura. Anacaona fue condenada a muerte y ahorcada en público. Así, los españoles pagaron de manera cruel a una princesa que les había brindado favores y perdonado la muerte de su esposo.
La masacre y opresión continuaron en la región durante meses. Los sobrevivientes quedaron en la más extrema miseria y muchos fueron sometidos a la esclavitud. La brutalidad de este período dejó una marca indeleble en la historia de la isla.
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